Llegas a casa después de un largo y agotador día de trabajo y te das cuenta de que todos los peces de tu acuario marino están jadeando en la superficie del agua o acurrucados en un rincón del tanque y comportándose letárgicamente. Presa del pánico, rápidamente prueba los parámetros del agua y descubre que hay amoníaco presente. El tanque ha estado en ciclos durante mucho tiempo, por lo que no debería detectarse amoníaco. ¿Lo que da?
Cuando se produce un pico de amoníaco en un sistema que ya está en ciclo, una de las siguientes circunstancias suele ser la causa subyacente:
#1: exceso de existencias
Agregar “sólo un espécimen más” a un acuario que ya está cerca de alcanzar su límite máximo con respecto a su capacidad de almacenamiento puede llevar fácilmente a una situación en la que se produzcan más desechos disueltos de los que el filtro biológico puede acomodar. Siempre es mejor abastecerse ligeramente, incluso si eso significa que el tanque parece más escaso de lo que preferiría (el estado habitual de mis acuarios), que tentar la suerte con la carga biológica.
# 2: sobrealimentación
La alimentación excesiva de peces o invertebrados, que a menudo da como resultado que los alimentos no consumidos se descompongan en el sistema, es otra forma segura de abrumar el biofiltro de un sistema establecido y provocar que el amoníaco aumente.
Para la mayoría de los peces, es mejor ofrecerles tomas pequeñas y frecuentes que puedan consumir rápidamente. Si mantiene una especie depredadora que requiere comidas abundantes y carnosas con menos frecuencia (por ejemplo, un mero o una morena), o si ofrece volúmenes relativamente altos de alimento planctónico a los invertebrados, tenga en cuenta que los cambios de agua, la filtración, y la desnatación de proteínas debe ser suficiente para seguir el ritmo de los desechos disueltos que suelen producir dichos regímenes alimentarios.
#3: un espécimen muerto
Un animal muerto que se pudre en un acuario marino puede ser una fuente importante de amoníaco, especialmente en sistemas más pequeños y con especímenes de mayor masa. Por eso, siempre que sea posible, lo mejor es localizar y retirar los especímenes fallecidos. Si la eliminación no es práctica, esté preparado para realizar cambios frecuentes de agua mientras el animal se descompone.
#4: Un biofiltro deteriorado
La pérdida de una parte de la capacidad de biofiltración de un sistema es una causa muy común de picos de amoníaco. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando los medios de filtración mecánica (calcetines, esponjas, etc.) se dejan en su lugar el tiempo suficiente para ser colonizados con bacterias nitrificantes y luego se retiran y reemplazan o se enjuagan agresivamente.
Otro posible escenario de deterioro del biofiltro (de muchos) es un corte temporal de energía que interrumpe la circulación/aireación en el tanque. Las bacterias nitrificantes necesitan agua oxigenada para prosperar, por lo que con las bombas fuera de servicio, el nivel de oxígeno disuelto pronto comenzará a disminuir y las bacterias comenzarán a morir.
#5: Cualquier combinación de lo anterior
Por supuesto, si puede “responder sí” a más de uno de los escenarios anteriores (por ejemplo, exceso de existencias y sobrealimentación del tanque, o la combinación de un espécimen fallecido y la pérdida de cierta capacidad de biofiltración), la probabilidad de un pico de amoníaco es absoluta. el mayor.
¿Qué me estoy olvidando?
Si me conozco (y lo conozco), lo más probable es que esté olvidando algo importante aquí. Si alguno de ustedes, amantes de la sal, puede pensar en otras circunstancias que provocan picos de amoníaco en los sistemas establecidos, no dude en compartirlas en la sección de comentarios a continuación.